La cinta, cuyo rodaje se desarrolló el primer semestre de 2018, se adjudicó más de $50 millones para postproducción de sonido, diseño de créditos y distribución internacional.

Recibió seis de los 13 premios que entrega el Guadalajara Construye. Sí, Piola, la película del director quilicurano Luis Alejandro Pérez y que fue filmada completamente en nuestra comuna, la rompió en el 34° Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), México, llevando a la cumbre el cine chileno.

Del 9 al 15 de marzo se desarrolla el certamen, donde Piola compitió con cintas de otros países, como Argentina, México, EEUU y Brasil, logrando adjudicarse el Premio Mondragón para sonido y música, Premio OA Sonido para edición de sonido, Premio Yagán Films para edición y limpieza de diálogos, Premio 1936 para secuencia de créditos y diseño, Premio Habanero para distribución y promoción, y Premio Cinemaven para consultoría estratégica de ventas y festivales.

Con esta victoria, la película de ficción, que narra la historia de tres adolescentes amantes del hip hop, logrará seguir desarrollando su postproducción, tanto de sonido y diseño de créditos, como su distribución internacional; algo que tiene inmensamente feliz al equipo, integrado por Cecilia Otero, Sylvana Squicciarini y Rolando Santana, de la productora audiovisual Otro Foco.

Quilicura y Piola: beneficios para la cinta y la comunidad

Piola, que desarrolló su rodaje durante el primer semestre de 2018, desde 2016 ha recibido colaboración de la Municipalidad y la Corporación Cultural de Quilicura, tanto en gestión de utilización de espacios públicos y privados, como de recursos para el desarrollo de las grabaciones; estableciendo un convenio de colaboración donde el equipo de la película, liderado por Luis Pérez, ha ejecutado actividades en beneficio de la comunidad.

En ese contexto, en noviembre de 2018, Ignacia Uribe y Maximiliano Salgado, actores de la cinta, impartieron un Taller de Actuación Frente a Cámara, en el que participaron 20 adolescentes de la comuna. El mismo mes, Alejandro Trejo, también integrante del elenco, dictó una Clase Magistral a miembros de Teatro Huellas.

Otros  acuerdos, incluyeron que el 40% de actores que conformen el rodaje fueran quilicuranos, que la banda sonora de la película incluyera artistas de la comuna y como primicia, el primer testeo de audiencias  debía ser con público local, por lo que el tráiler fue presentado abiertamente en el Festival Quilicura Teatro.

Para este año, y una vez que la cinta se encuentre completamente finalizada, se espera generar una instancia de exhibición abierta de “Piola”,  para que los vecinos y vecinas puedan disfrutar este gran trabajo, desarrollado en Quilicura por un quilicurano, hecho que demuestra que con entusiasmo y apoyo las buenas ideas siempre triunfan.

Destacar que Piola, también ha recibido la colaboración de otras entidades, como la Universidad de Chile, Banco Estado, productoras asociadas como Cinemental, Jauja, Puntociego, y marcas como DC y Redbull.

Luis Alejandro Pérez García, quilicurano de toda la vida

Nació en 1984. Hijo de Luis Armando y Ángela, Luis Alejandro Pérez García creció recorriendo las calles de Quilicura, comuna que ha sido su casa siempre. Realizó su educación media en el Liceo José Domingo Cañas, para luego ingresar a estudiar Teatro a la Universidad Bolivariana, el año 2003. Sin embargo, su gusto por la cinematografía era más fuerte y por lo mismo, apenas finalizó su primera carrera (2008), se matriculó en la escuela de Cine y Televisión de la Universidad de Chile, recibiendo su título el 2013.

Desde entonces, su objetivo fue poder crear una película que mostrara la realidad de los jóvenes que crecen en una comuna periférica; lo que sumado a su afición por el rap,  terminó dando vida a “Piola”, cinta que escribió y dirige, y que hoy lo tiene en la cumbre del cine chileno.

“Piola” Es el escenario en que crecí, y del cual quería hablar. Jóvenes talentosos, tremendamente creativos pero con pocas oportunidades. Obligados a laburar en trabajos que no les gustan ni los representan, se dedican a realizar sus expresiones artísticas durante las noches; escriben canciones, hacen ritmos y grafitis. Es también la forma en que realizamos la película, trabajando en ella después de nuestros empleos. Filmando durante los días libres. La clase trabajadora tiene pocas chances de dedicarse al arte. Para las familias de esfuerzo es una pérdida de tiempo. Para todos nosotros, el sentido de todo esto”.